Aló Comidista: "¿Hay algún truco que funcione para que el ajo no repita">October 19, 2022
Maricarmen: El otro día en una cena tipo picoteo con amigos nos surgió un dilema a la hora de decidir la secuencia del servicio. ¿Qué sacar primero? ¿Unos langostinos de San Carlos fantásticos o una bandeja de jamón Joselito? Unos defendían que lo primero siempre era el jamón, y los otros insistían en que había que sacar los langostinos de sabor más suave.
Querida Maricarmen, por tu correo intuyo que sois el típico grupo de pijos insoportables que habla todo el rato de chorradas. Pero como soy buena y también un poco pija en ocasiones, te diré lo que haría yo en esa situación: sacar las dos cosas a la vez. Aunque graduar la intensidad pueda tener sentido en tablas de quesos o embutidos, en los que vas probando diferentes variedades de un tipo de alimento, este rollo de “primero lo suave y luego lo fuerte” está más pasado que las tostaditas de foie con mermelada. Que cada cual coma primero lo que le salga del kiwi, y problema solucionado.
Tamara: ¡Soy fan total de Mikel y, por supuesto, de Michaëlla in the woods! Quiero hacer su tarta de lima y pistacho y me surge una gran duda. Los ingredientes son para un molde de 16 centímetros y el mío es de 26. ¿Realmente debo multiplicar todos los ingredientes por 2.6???! Es que me parece una barbaridad.
Querida Tamara, te iba a mandar a clase de matemáticas de primero de Primaria por ese cálculo tan peculiar que has hecho. Pero como eres fan de Michäella, nuestra influencer healthy, biodinámica y holística de referencia, mejor te dejo con ella.
“Namasté, Tamara. Para tu molde, sube un 50% todos los ingredientes. Es decir, si en la receta pone 80 g de galletitas, divide por la mitad y suma (80+40=120 gramos). Puedes redondear cantidades hacia arriba: si te salen 375g de queso crema, pon 400 y a correr. Quizá te salga una tarta un poco más baja, pero no pasa nada. Recuerda que lo más importante es usar limas recogidas en tu propio huerto, queso crema elaborado con leche de tus vacas orgánicas y pistachos que hayas plantado tú misma y abonado con tus heces en noches de luna llena”.
Lorena: Hoy en Fuengirola no he podido contenerme para enviarte esta auténtica comida viejuna. Para más inri, venía servido en la coctelera desmontable en la que en la parte de abajo le introducen hielo, aunque eso con la moderna ausencia de hielo actual también se quedó en los ochenta. Me ha encantado.

Querida Lorena, un aplauso para Fuengirola por mantener bien alta la bandera de la comida viejuna. Ese cóctel de gambas es para concurso: gambas zambulléndose en mar de salsa rosa, lechuga iceberg, aceituna negra solitaria para rematar la presentación... y por supuesto, el recipiente de aluminio con hielo debajo, que termina de llevar el plato a la excelencia. Un 10.
Günther: El otro día me encontré esto en un supermercado, y me provocó unos cuantos interrogantes: ¿la horchata lleva lactosa? ¿No es una proteína animal? Si es así, ¿por qué especificar que no la lleva? ¿Y por qué no pone "horchata" en el envase, sino "bebida de chufa"? ¿Qué diferencia hay?

Querido Günther, espero que todo vaya bien por el Central Perk, me alegra de que hayas venido de vacaciones a España. En efecto, la horchata, que se elabora con un tubérculo (la chufa) como ingrediente básico, no tiene por qué llevar lactosa, un tipo de glúcido o azúcar (lo de “proteína” no sé de dónde te lo has sacado) que está presente en la leche de vaca u otros animales y muchos de sus derivados.
Sin embargo, según nos cuentan desde Mercader, hasta el año pasado estaba permitido que las versiones industriales llevaran como estabilizante una proteína láctea (caseinato sódico), que podía afectar a las personas con intolerancia a la lactosa. La marca no usaba caseinato en su horchata, y esa es la razón que aduce para incluir el reclamo “sin lactosa”. Afirman que el nuevo envase “se ha eliminado el texto ‘sin proteína láctea’ y reforzado el ‘0% azúcares añadidos”, aunque en su web sigue apareciendo el antiguo.
Respecto a la diferencia entre “horchata” y “bebida de chufa”, aseguran que sólo hay una: la primera lleva azúcar y la segunda, edulcorante. La normativa del año 1987 sólo permite llamar “horchata” a esta bebida si lleva azúcar como endulzante, y de ahí la distinción en los envases. Esto puede cambiar próximamente, porque según Mercader dicha norma está en proceso de revisión.
Documentación: Carlos Doncel
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
