Las mujeres con síntomas de depresión más que triplican a los hombres en Chile
El nuevo informe de Termómetro de la Salud Mental revela que el consumo riesgoso de alcohol casi se duplica el último año en el país sudamericano


En términos generales, el 13% de los chilenos presenta síntomas de depresión moderados o severos. Cinco meses atrás, la cifra era levemente mayor, por lo que desde lejos se recibe como una buena noticia. El dato, sin embargo, esconde una significativa diferencia entre hombres y mujeres: mientras ellos caen al 6%, ellas escalan hasta el 19,5%. Es la mayor brecha registrada en los cinco años que lleva realizándose el Termómetro de la Salud Mental, una medición del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica (UC) junto con la Asociación Chilena de Seguridad (Achs). El mismo informe, publicado este martes, revela que el consumo riesgoso de alcohol casi se duplica el último año en el país sudamericano, pasando de un 5,9% de la población a un 10,1%, una cifra que se acerca a las registradas durante la pandemia, un periodo particularmente estresante para la sociedad.
Para la psicóloga Antonia Errázuriz, académica del departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UC, lo primero que arroja la brecha que existe entre hombres y mujeres es la necesidad de abrir los datos y separarlos por género y edad, para que cuando se diseñen políticas y soluciones están bien enfocadas a los distintos grupos porque, de lo contrario, se pueden generar imágenes erradas. En los niveles que se presentan síntomas de depresión, como cansancio permanente, trastornos del sueño, sensación de soledad, “más invalidado está uno para trabajar”. “La mitad de la fuerza laboral, las mujeres, que tiene labores de cuidado importante, al presentar esta problemática las pone al mismo tiempo en desventaja para poder funcionar adecuadamente. No solo es una percepción de sentirse desgastado, sino que se torna extremadamente difícil para ejercer sus labores”, apunta.
La encuesta es realizada en sectores urbanos de Chile y, según los realizadores, se puede proyectar que del millón 800.000 chilenos que presentan síntomas de depresión moderados y severos, 400.000 son hombres y 1.400.000 son mujeres. En el caso de ellos, es el registro más bajo desde noviembre de 2020, la primera medición, y en el caso de ellas es la más alta en los últimos dos años. Quienes tienen entre 30 y 39 años, y entre 40 y 49 años, son los que presentan mayores síntomas de depresión moderada o severa, con un 15 % y 16 %, respectivamente.
Daniela Campos, jefa Técnica de Riesgos Psicosociales de Achs Seguro Laboral, señala que la alta diferencia por género puede explicarse por varios factores estructurales y culturales, como la carga mental y emocional, “donde las mujeres muchas veces sostienen el bienestar del entorno con escasa contención para su propio malestar”. Las mayores tasas de informalidad, brechas salariales, menor a posiciones de liderazgo o factores biológicos también pueden jugar un papel en la salud mental. Errázuriz dice que tener menos apoyo estructural que los hombres puede empujar los problemas de salud mental de las mujeres de menores recursos.
También se ha documentado que las mujeres tienden a postergar controles médicos, descanso y redes propias para priorizar a otros, generando una acumulación de estrés. Sobre la tendencia a la baja de ellos en contraste con el alza de ellas, Campos plantea que los hombres pueden haber retomado rutinas laborales y sociales “más rápidamente o tener menos sobrecarga fuera del trabajo, lo que favorece su bienestar emocional”. En contraste, las mujeres parecen vivir “una cronificación del malestar”. “No sólo no logran recuperarse al ritmo de los hombres, sino que retroceden a niveles altos ya registrados en periodos críticos. Esto podría indicar que las transformaciones estructurales necesarias para su bienestar (conciliación, corresponsabilidad, seguridad económica) siguen pendientes”, añade.
De los índices medidos en la encuesta, como ansiedad, sedentarismo, insomnio, en el único que los hombres superan a las mujeres es en el del consumo riesgoso de alcohol. En el último año, ellos escalan de un 5,9% a un 11,9%, mientras que ellas del mismo 5,9% a un 8,4%. Errázuriz apunta que en general la tendencia es que los hombres beban más, pero que han habido registros donde ambos géneros se han igualado y lo que sucede ahora es que retorna a la brecha tradicional. Para Campos, el que casi se duplique el indicador promedio es “preocupante”. “Esta alza puede relacionarse con retorno a patrones de evasión emocional post-pandemia, en donde el alcohol opera como regulador emocional en ausencia de estrategias saludables y una válvula de escape culturalmente aceptada, pero riesgosa”, afirma.
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