Halep, Wozniacki y la (devaluada) virtud de pasar la bola
Con un tenis a contracorriente, mucho menos estético pero muy productivo, la rumana y la danesa se citan en la final de Melbourne, en la que aspiran a su primer grande y marcharse como número uno


La central de Melbourne atravesó este jueves por un túnel de más de dos horas de pura locura. Allí, en un cuerpo a cuerpo soberbio, Simona Halep y Angelique Kerber se vaciaron hasta que la alemana hincó la rodilla en el suelo y aceptó la rendición definitiva. El 6-3, 4-6 y 9-7 (en 2h 20m) transportó a la primera, actual número uno, a la final que se disputará este sábado, en la que estará también la maratoniana Caroline Wozniacki. Esta, en una segunda juventud –aunque tiene solo 27 años, pero hace uno estuvo a punto de colgar la raqueta–, batió con bastantes menos complicaciones (6-3 y 7-6, en 1h 37m) a la belga Elise Mertens, con lo que quedó finalmente un escenario estupendo para el último capítulo femenino del torneo.