El Real Madrid se gana una vida extra contra el Olympiacos

El gigante Olympiacos cayó en su visita al Real Madrid y el conjunto blanco forzó el cuarto encuentro del playoff que da a la Final Four, este jueves también en el Movistar Arena (2-1 para los jugadores de Bartzokas en la eliminatoria). Después de la doble bofetada recibida en Grecia, el Madrid se levantó aupado por los 15 puntos de Tavares y los 14 de Musa y Hezonja. Los 21 y nueve rebotes de Vezenkov fueron insuficientes para un Olympiacos que echó de menos al lesionado Fournier. Hay vida todavía en estos cuartos.

Partió el Madrid con Hezonja de cuatro para esposar a Vezenkov y componer un quinteto muy dinámico. Campazzo y Musa calentaron el casillero con dos triples, especialmente fino el escolta bosnio, un jugador en la diana. Esta vez se echó el equipo a la espalda y acaparó el ataque (14-8) ante un Olympiacos alimentado de puntos por Goss. Más sudores le costaba atar en corto a Tavares y frenar el tiro exterior madridista. El Madrid no fallaba un triple y alcanzó la primera pausa con una buena renta (28-21; 12 de Musa).

 Ibaka hundió con un tapón monumental a McKissic, señal de que el Olympiacos no se encontraba tan cómodo como en su caldera de El Pireo. Era también el momento de la unidad de suplentes del Madrid, y el conjunto de Bartzokas aprovechó para cerrar su defensa y apretar la noche con un parcial de 0-10: 30-31. El equipo blanco solo había catado una canasta en juego en cuatro minutos y medio y regresaron Campazzo, Musa y Tavares para recobrar el mando. Pero las pérdidas condenaron a los blancos y el Olympiacos cazó en un pestañeo un 2-13 para estirarse al llegar el descanso (38-44).

La versión más solidaria de Hezonja para arremangarse en defensa ante Vezenkov y anotar o asistir le sentaba bien al Madrid. En la otra orilla, Vezenkov necesita muy poco espacio para enfilar el aro. El duelo se movía igualado en las alturas (51-51), ambos equipos con el candado puesto. Cada canasta en cualquiera de los dos tableros era un gran conquista por la fiereza de los 10 hombres en la pista por defender su fortín. Un tapón de Garuba a McKissic y un regate de Llull a Milutinov concedieron un centímetro al grupo de Chus Mateo al final del tercer cuarto (58-56).

El Olympiacos se enredó en dos ataques seguidos con el balón y el Madrid mordió por dentro con Garuba e Ibaka (67-60), ahora sí con buenos minutos del plantel B, simbolizado también en el acierto y la entrega de Abalde. Los guerreros blancos sí eran capaces de contener en esta ocasión a los hombres de rojo, huérfano Vezenkov de su aliado Fournier. El Madrid olió la sangre, robó y corrió hasta engordar su ventaja (72-62) ante el jolgorio del Palacio. Acudió al rescate, quién si no, Vezenkov, que suma y suma casi sin despeinarse y que mandó el encuentro al precipicio. Esta vez la rebelión griega moriría antes de llegar a meta y el Madrid se ganó una vida extra, al menos hasta este jueves.