Un fantasma enterrado

Ramón Mendoza tomó una decisión difícil al prescindir de Stielike. Se trataba del jugador símbolo, heredero por línea directa del espíritu invencible de Di Stéfano y de Pirri. Mendoza entendió que no. hacía falta y le dio la baja. Buena parte de la afición no lo comprendió. La decisión implicaba un riesgo: en cuanto las cosas fueran mal, el culpable sería Mendoza, por haber expulsado al héroe.Las cosas, sin embargo, le han ido bien al Madrid. Va el primero en la Liga, es semifinalista en la Copa, ha superado tres eliminatorias en la Copa de la UEFA y va camino de superar la cuarta. A pesar de todo, sobre la cabeza de Ramón Mendoza aún planeaba el fantasma de Stielike. El presidente del Madrid se malhumoraba cuando le hablaban del alemán, y especialmenmte cuando la prensa publicaba entrevistas en las que éste criticaba la marcha del club. Stielike no desperdició el mal momento del Madrid en la temporada para hacer críticas.