La nueva reincorporación progresiva al empleo tras una baja médica será para ausencias de más de seis meses

La propuesta que hizo en octubre pasado la ministra de Seguridad Social, Elma Sainz, para permitir la reincorporación progresiva de los trabajadores a su puesto de trabajo tras una larga baja por enfermedad no estuvo exenta de polémica. Ahora, ocho meses después, este Ministerio acaba de diseñar esta nueva regulación de las bajas y se la ha transmitido a los agentes sociales. El documento propone que la modalidad de vuelta paulatina al empleo se aplique solo cuando el trabajador esté curado y haya recibido el alta médica y, además, exclusivamente a procesos de bajas “de larga duración (más de 180 días) derivados de determinadas patologías”, que no precisa. Asimismo, solo será aplicable a trabajadores a jornada completa y a aquellos con contratos a tiempo parcial, pero que trabajen más del 80% de la jornada ordinaria.

Según esto, la reincorporación progresiva se aplicará en dichos casos durante un periodo máximo de 30 días. Durante el periodo de duración de la vuelta paulatina a su puesto, el empleado “trabajaría la mitad de su jornada habitual, recibiendo la parte correspondiente del salario. A la vez, recibiría una prestación equivalente al 50% de la prestación por incapacidad temporal (IT) por la mitad de la jornada que no trabaja”, señala la propuesta de la Seguridad Social.

Otras medidas

Esta nueva regulación está incluida en un documento de cuatro páginas tiulado Medidas de reforma de la prestación por incapacidad temporal para mejorar la protección de la salud de las personas trabajadoras, que presentaron este lunes los responsables de la Seguridad Social a patronal y sindicatos en la mesa del diálogo social que estudia estos asuntos. Dicha negociación se producen en un contexto de récord de bajas laborales y de muertes en el trabajo. El texto, además del primer diseño de la reincorporación progresiva de las bajas largas, incluye cambios en la gestión de la incapacidad temporal (IT) y la incapacidad permanente (IP) por parte de las mutuas, que ya se ocupan de casi todos los procesos causados por enfermedades profesionales o accidentes de trabajo y de más de dos tercios de los causados por enfermedades comunes.

En concreto, alguna de estas novedades apuntan a que las mutuas no solo podrán proponer el alta de los trabajadores con procesos de baja por enfermedad común de menos de un año de duración, como ya ocurre en la actualidad, sino que, si sale adelante esta reforma, también podrán hacer una propuesta de alta en los procesos de más de 365 días de duración, algo de lo que ahora se ocupa en exclusiva el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

Además, en las bajas por contingencias comunes de menos de un año de duración (365 días), las mutuas podrán formular a la inspección médica del INSS una propuesta de alta de los trabajadores en situación de Incapacidad Permanente (no temporal), para que la entidad gestora de la sanidad pública valore si procede o no acordar la iniciación de expediente para tramitar dicha situación de IP.

Por lo que se refiere a las bajas causadas por un accidente laboral o enfermedad profesional, reguladas de distinta forma a las generadas por una enfermedad común, las mutuas podrán también emitir altas por curación/mejoría en los procesos de más de un año de duración (como ya hacen durante el primer año de baja) y podrán dar altas en IT con propuesta de inicio de expediente de incapacidad permanente.

Entre otras propuestas de mejoras técnicas de gestión, los responsables de la Seguridad Social han planteado también una nueva regulación para los casos de bajas médicas de los trabajadores pluriempleados, dados de alta en más de una actividad. En esos casos, los trabajadores que “a juicio médico” puedan realizar una de las actividades en las que están dados de alta a pesar de estar de baja en otra. Esto podrá ser desde el momento inicial de la baja o si durante el proceso se puede dar de alta en una de sus actividades y en otra no.

Fuentes sindicales apuntan que esta propuesta les parece “incompleta”, que pasa de puntillas por asuntos tan relevantes como la nueva gobernanza de las mutuas, entre otros temas en liza, y que en ningún escenario se plantean “acuerdo parciales”. Cabe recordar que el núcleo de la propuesta, las llamadas altas progresivas, despiertan un rechazo frontal en la parte sindical desde que se inició este debate, oposición que se mantiene con el planteamiento que el ministerio ha trasladado a los agentes sociales.

Guiño a los empresarios

En paralelo a esta negociación, que se enmarca en las medidas para reducir el absentismo pactadas por el Gobierno de coalición, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció la pasada semana que también “hay margen” para negociar medias contra el abuso de las ausencias al trabajo en la norma para reducir la jornada máxima legal a 37,5 horas semanales, que ahora se tramita en el Parlamento.

Esto, que se interpretó como un guiño a las demandas empresariales a cambio de que la patronal acepte este recorte de la jornada, ha sido ratificado este martes por el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey: “Claro que hay espacio para medidas que mejoren la productividad en las empresas”, ha dicho. Y ha insistido en que la propia reducción de la jornada que persigue su departamento reduciría el absentismo, porque, sin ir más lejos, ha mencionado que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “ha detectado la existencia de 750.000 personas con problemas cardiacos vinculados a jornadas de trabajo excesivas”.