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De familias rivales en el campo mallorquín a ser los reyes de las frutas y hortalizas

Agromart factura 40 millones de euros recuperando antiguas variedades locales que vende en 28 tiendas repartidas por toda la isla

Cultivo de tomates de Agromart, en una imagen facilitada por la compañía.
Lucía Bohórquez

Corría el año 2009 cuando las familias Lliteres-Mesquida y Figuera-Vaquer se plantearon unir esfuerzos para intentar tomar aire en mitad de la crisis económica. Hasta entonces ambas habían sido competencia directa en la producción y venta al por mayor de frutas y hortalizas en la localidad mallorquina de Porreres, de algo más de 5.000 habitantes. La necesidad de reducir los elevados costes de producción para seguir manteniendo su actividad los llevó en el año 2010 a dar el paso de fusionar sus equipos de trabajo y plantar la semilla de lo que hoy es Agromart, una empresa de venta minorista de frutas, verduras y productos de alimentación mallorquines que en 2024 registró ventas por más de 40 millones de euros.

“Nada más fusionarnos teníamos mucha producción e incluso hicimos bajar el precio de mercado de los productos. Como tuvimos un gran excedente, acordamos abrir una tienda en Porreres para venderlo y ahí nos dimos cuenta de que nos gustaba mucho el o con el cliente final”, cuenta Apol.lonia Vaquer, fundadora de la empresa junto a su amigo Tomeu Lliteres y sus hermanos Miquel y Rafel, que quisieron seguir con la tradición campesina de sus padres. Lo que comenzó siendo una pequeña tienda en su pueblo natal se ha convertido en una cadena que suma 28 establecimientos repartidos por toda la geografía mallorquina, emplea a 320 personas y atiende a un público principalmente local con cada vez a más extranjeros, sobre todo alemanes y ciudadanos del norte de Europa.

Agromart es una empresa de kilómetro cero que produce, para la venta directa en sus propias tiendas, cualquier alimento “que en la temporada se pueda cultivar en Mallorca siempre que la climatología lo permita”. Tomates de pera, de ramallet, berenjena, calabacín, pimientos, melón y sandía que son las estrellas en verano “porque el sol les da un dulzor especial”; ciruela, melocotón, albaricoque y un listado que no acaba de frutas y hortalizas que cultivan en sus tierras o en las parcelas de los 40 campesinos que trabajan para la empresa produciendo lo que ellos no pueden. En 2024 Agromart sembró más de 400.000 plantas y produjo cerca de dos millones de kilos de frutas y hortalizas que, en menos de 24 horas, ya estaban en las tiendas listas para su consumo. Sólo recurren a empresas de fuera de la comunidad para obtener los alimentos que no se pueden cultivar en Mallorca, principalmente frutas tropicales como la papaya, el mango o la piña.

Una de las iniciativas que han emprendido en los últimos meses y que pretende convertirse en una de las señas de identidad del negocio es la recuperación de variedades locales de frutas y hortalizas, que están obteniendo gracias al campo experimental que han puesto en marcha en la finca Sa Volta de Porreres. Allí han sembrado 4.000 árboles frutales de una veintena de variedades autóctonas de higueras, manzanos, ciruelos o melocotoneros, que en cinco años alcanzarán una producción plena que les permitirá recoger 100.000 kilos anuales. Una actividad que les faculta a ofrecer al cliente productos que no se encuentran en otro tipo de establecimiento o gran superficie, como la ciruela de fraile roig o el albaricoque galta roja, variedades muy escasas y apreciadas. “Mi hermano Rafel tiene interiorizado el poder recuperar productos”, cuenta Vaquer, quien cree que este empeño en no perder “las raíces” es una de las señas de identidad de Agromart.

Una de las ramas del negocio que está en plena expansión es la mejora de la calidad a través del cultivo ecológico, que cada vez es más demandado por los clientes. “Una de las cosas que el comprador valora más no es tanto el precio como la calidad”, señala Vaquer, quien explica que el año pasado certificaron 30 hectáreas de tierra como cultivo ecológico, con el que producen ya alcachofas y distintos tipos de lechuga. “Si, por ejemplo, hay una colmena que retirar en una casa, nos la llevamos a nuestro cultivo para introducir fauna manualmente que nos permita favorecer la producción. Es una de las áreas del negocio que estamos desarrollando para diferenciarnos, que nuestro producto sea ecológico y tenga una historia detrás”.

Agromart también ofrece un amplio abanico de productos de estantería que han ido incorporando con el paso de los años, como vinos autóctonos, quesos, galletas y una parte de repostería y panadería realizada también con su propia materia prima. Trabajan con un horno de Porreres que tiene producción exclusiva para ellos y prepara cada día empanadas mallorquinas, dulces y panes que están desde primera hora en los mostradores de sus tiendas. “Nosotros cultivamos el trigo de xeixa que transformamos en la harina que el panadero utiliza para hornear los panes”. También proveen al horno de la carne que necesita para elaborar las empanadas de oveja roja mallorquina, una raza autóctona de la que reutilizan su lana como fertilizante natural para los árboles. El círculo del producto se cierra sin desperdiciar nada.

Lejos de internet

El éxito de Agromart, que en el último año ha abierto cinco tiendas y planea abrir nuevos establecimientos a lo largo de este año, ha llegado por el modelo de o directo con el cliente y por eso sus fundadores no se plantean entrar en el negocio online. Todo se hace en establecimientos físicos y no hay sistema de reparto o posibilidad de adquirir productos a través de su página web desde lugares fuera de la isla. “Cuando me preguntan por qué no vendemos online, siempre respondo que porque no se puede percibir el olor del melón o de una fresa mallorquina. Los clientes que entran en la tienda y que vienen buscando un producto, al final terminan llevándose algo más porque te da ganas de comprar, el entrar en la tienda tiene un punto que no te lo da la web”, explica la directiva. Algo que sí contemplan, pero por ahora no han concretado, es dar el salto a la Península: “Por el momento son solo ilusiones”, reconoce Vaquer.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.
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