Fátima Ofkir, la joven indultada por el sultán de Omán: “Me dejé seducir por el dinero fácil”
La catalana, dos días después de llegar a Barcelona, se muestra arrepentida y pide a los jóvenes alejarse de las “amistades falsas”

“Os debo esta segunda oportunidad y quiero ser merecedora de ella con toda mi alma”. Emocionada y arrepentida, Fátima Ofkir (L’Hospitalet de Llobregat, 25 años) ya disfruta de su nueva vida en Cataluña. Dos días después de regresar a Barcelona tras pasar siete años en una cárcel de Omán por tráfico de drogas, la mujer pidió perdón por un “error de juventud” y advierte a los jóvenes de la importancia de alejarse de las malas compañías. “Te crees que son tu familia, pero te llevan al infierno”, señala. Con un discurso medido y acompañado por sus abogados en su primera comparecencia pública en una rueda de prensa celebrada en la capital catalana, Ofkir anunció su próximo plan: entrar en la Facultad de Derecho. “Quiero ayudar a la gente del mismo modo que me han ayudado”.
Lo primero que hizo Ofkir fue pedir perdón. Tenía 18 años cuando viajó a Omán a recoger un paquete con morfina. Un amigo le planteó la oportunidad de hacer dinero y aceptó. “Dinero fácil”, pensó. El plan salió mal. La policía del sultanato la detuvo en un hotel y fue condenada a cadena perpetua. “Estoy muy arrepentida por un error de juventud”, explicó este martes. “Tenía 18 años y me dejé seducir por el dinero fácil. Era ingenua y caí en la trampa”.

Su paso por el penal de mujeres de Mascate, la capital, fue muy complejo para una joven que se acababa de preinscribir en un grado medio de formación profesional y había sido presidenta del Consejo Nacional de la Infancia y la Adolescencia de Cataluña: libertad de movimientos muy limitada, recursos escasos (podían ingresarle 127 euros al mes como máximo) y costumbres diferentes. “Aquí tenemos libertad de expresión y allí todo es más reducido. La soledad y el miedo se convirtieron en mis compañeros y me planteé acabar con todo”, comparte. Su caso acabó en manos de la abogada Mònica Santiago, con quien podía hablar por teléfono un minuto a la semana. “Ella fue mi luz. Me decía ‘una mica més, una mica més’ [un poco más] y pude seguir adelante”. Se inspiró en la lectura de libros de psicología y aprendió siete idiomas. Ahora pretende entrar en la Facultad de Derecho.
La liberación llega tras años de gestiones de las istraciones catalanas y estatales. El Gobierno de España pidió el indulto hace tres años, y finalmente el sultán de Omán incluyó finalmente a Fátima en el perdón colectivo habitual posterior a la celebración del Ramadán. “El sultán ha demostrado su humanidad”, celebró el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, que medió personalmente para obtener un desenlace feliz.
Esta experiencia, dice Fátima, la ha convertido en una persona “transformada”. Y ahora quiere ser un ejemplo para los jóvenes que viven una situación similar a la de su juventud. “Cuando somos jóvenes pensamos que nos comeremos el mundo, pero yo me acabé comiendo el pan de Omán. Yo me creía guay, pero estaba perdida. Me alejé de los amigos y me junté con las malas influencias creyendo que eran mi apoyo y mi familia. Y ese fue mi error. No te das cuenta, pero te llevan al infierno”. Ahora, dice, quiere dedicar su vida a ser un ejemplo. “El camino fácil siempre lleva al abismo y los jóvenes no deben arriesgar su futuro por un espejismo”.
La rueda de prensa contó con la presencia del exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que aseguró que la cadena perpetua a la que Ofkir fue condenada “es injusta”. “Si los hechos se conocieran en profundidad veríamos que es así, pero las cosas ocurren y son siete años de una vida truncada”, dijo. Garzón señaló que su caso, juzgado en España, habría tenido una condena de entre cuatro y cinco años.
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