La buena relación de Barcelona y Kobe a través de sus supercomputadores
El Barcelona Supercomputing Center y el Riken Center de Kobe amplían su protocolo de colaboración tres años durante el viaje de Salvador Illa a Japón


Son superordenadores que pueden simular un vuelo para mejorar su seguridad o que pueden predecir un tsunami o cómo funciona el cerebro de un ratoncito. No están hermanados, pero casi. El Barcelona Supercomputing Center (BSC) y el Riken Center de Kobe, que gestionan respectivamente los supercomputadores MareNostrum y Fugaku (Monte Fuji), han ampliado en tres años su memorándum de colaboración en las dependencias de la empresa en Kobe (Japón). Mateo Valero, director del BSC, ha estampado este jueves la firma en esta suerte de convenio, que inicialmente se firmó en 2022 y expiraba en octubre, con el director de Riken, Satochi Matsuoka. El organismo japonés y el BSC mantienen una estrecha relación, también con el de Chicago.
Esos ejemplos de para qué sirven estos superordenadores los ha citado el president Salvador Illa, que ha visitado las dependencias de la institución en la cuarta jornada de su viaje a Japón. En 2020, en plena campaña, Riken puso en marcha Fugaku, que tiene una vida útil hasta 2030. “El futuro en buena parte se decide en instalaciones de este tipo”, ha afirmado Illa, delante de una enorme vidriera en la se veían los infinitos pasillos que guardan los 16.000 ordenadores que conforman este supercomputador, considerado como uno de los más potentes del mundo. “Tenemos la fortuna de tener en Barcelona una instalación de este tipo y de tener una relación muy estrecha con este ordenador”, ha afirmado recalcando que las dos máquinas dependen de organismos públicos. El acuerdo prevé la implantación de programas y el intercambio de investigadores.
Japón sufrió un devastador tsunami en 2011 que causó más de 4.000 víctimas. A petición del Gobierno de Kobe, Fugaku ha simulado, por ejemplo, cómo se evacúa la ciudad tras esa catástrofe natural de manera rápida y efectiva. O cómo se debía de ventilar una habitación para mitigar la propagación de la covid. La lista es larga: sirven para actuar en el caso de un terremoto. O, por ejemplo, cómo se puede acelerar la investigación de una vacuna o actuar ante una dana. “¿Se puede predecir? ¿Cómo se simula? ¿Se puede avisar a la gente? Y si pasa, ¿cuál es la mejor manera de alertar de forma efectiva?“, se ha preguntado Illa. ”Parece de ciencia ficción y una cosa de otro mundo, pero es de otro: es de este”, ha dicho. “Lo que me importa es la lógica del servicio público y que no responden a intereses privados”.

Valero, que visita con frecuencia la compañía Riken, ha afirmado que sin supercomputación no hay “medicina de precisión” y ha señalado que son máquinas que generan “gemelos digitales” y hacen simulaciones. No se trata solo de predecir qué tiempo hará, sino de sus consecuencias y anticiparse a ellas. “Cuanto más grandes, mejores modelos. Ahora estamos colaborando con Bolonia y Kobe para hacer un gemelo digital sobre las ciudades en relación con la calidad del aire o la movilidad”, ha dicho Valero y ha resaltado que a mayor información se pronostica mejor: “Podemos predecir cuando alguien va a tener un ictus”.
El SBC, que integra el grupo de los siete mejores supercomputadores con el respaldo de la UE, emplea ahora a 1.400 personas. Actualmente, 350 desempeñan su tarea en la inteligencia artificial. “Los supercomputadores, cuando se mueve algo a 3 o 4 kilómetros de la costa, lo saben. La probabilidad de que haya un tsunami en España no es pequeña”, ha afirmado destacando, en la misma línea de Illa, la importancia que tiene que el servicio sea público. “Hay empresas (de este ramo) con valor del PIB superior español. Estaríamos perdidos si se lo dejamos a cinco niñatos con dinero”. Illa ha visitado después el Kobe Biomedical Innovation Cluster (KBIC) y en otro centro de investigación, donde ha interactuado con dos robots, como colofón de su viaje a Japón. Este viernes viaja a Corea donde visitará la empresa Lotte que prevé invertir en Mont-roig del Camp (Tarragona) en una empresa de baterías eléctricas que ha generado la oposición y protestas de los ecologistas.
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