“Esta revista puede ayudarle a abortar”: 50 años de portadas que escandalizaron desde el quiosco
El último titular de ‘New York Magazine’ ha incendiado a la derecha estadounidense. Es el último ejemplo de tapa provocadora que marca una época y tiene sonadas antecesoras

“Esta revista puede ayudarte a conseguir un aborto”. La portada del último número de New York Magazine ha sido una de las respuestas editoriales más tajantes a la noticia de que Estados Unidos se encuentra ante una más que probable derogación del derecho al aborto. Sus páginas llevan una guía práctica de clínicas que realizan abortos en cada Estado, además de consejos sobre cómo encontrar este servicio si la interrupción del embarazo está muy restringida o prohibida en un estado concreto.
Los medios más conservadores, como Fox News, han criticado que la revista instruye a las lectoras sobre cómo burlar la ley, y la revista ha respondido que sí, que eso es justo lo que quieren hacer. Además, se enorgullecen de publicar una pieza de periodismo de servicio y recuerdan que ya publicaron su primera guía sobre cómo acceder al aborto en Nueva York en 1972, un año antes de que el Tribunal Supremo legalizase la misma práctica que ahora busca prohibir.

En impactante amarillo sobre rosa, sin imágenes y con vocación de manual de instrucciones, la portada ha pasado ya al listado de las revistas que definen su época y que levantan debates y discusiones que solo logran acrecentar su carácter icónico. En un mundo en el que la prensa en papel sobrevive en una crisis permanente, los responsables del medio pueden considerarlo un hito.
Repasamos algunas de las portadas de revistas más controvertidas no por los elementos habituales –sexo, desnudez o una exclusiva impactante–, sino por su contenido político y social.

Time mata a Dios
La portada: En abril de 1966 la revista Time publicó su primera portada sin foto o ilustración. Solo el texto, “¿Dios ha muerto?”, lanzado al aire en tipografía roja sobre fondo negro a sus lectores.
La polémica: La pregunta no era nueva. Nietzsche lo había afirmado cien años atrás, en El alegre saber, pero en los años sesenta en Estados Unidos, donde un imparable ímpetu progresista había puesto en pie de guerra a los sectores conservadores, la cuestión no podía pasar desapercibida. El texto se hacía eco de un hecho, que la religión estaba perdiendo peso en Occidente, donde incluso los teólogos se planteaban que Dios estaba ausente. La provocadora portada se convirtió en el tema favorito de los predicadores desde sus púlpitos, y Time recibió 3.500 cartas de protesta, el mayor número en su historia. El impacto del titular todavía persiste. Tres años después, Time de nuevo le daba la vuelta a la polémica con otra portada –“¿Ha vuelto Dios a la vida?”–, y en 2017, en plena presidencia de Donald Trump, con las fake news campando a sus anchas, el formato de la portada era idéntico al de 1966, pero la duda era: “¿La verdad ha muerto?”.

El terrorista es la estrella
La portada: En julio de 2013, tres meses después del atentado de la maratón de Boston, Rolling Stone publicó en su portada al principal sospechoso, Dzhokhar Tsarnaev, con el titular The Bomber (El bombardero).
La polémica: El reportaje de portada intentaba explicar cómo un joven residente en Estados Unidos desde la infancia, en apariencia totalmente integrado en su entorno, podía haberse radicalizado hasta atentar contra su propia ciudad. El titular bajo la foto lo definía como “un monstruo” pero para muchos, sobre todo supervivientes de la matanza, la foto glamurizaba al criminal y le otorgaba un halo atractivo, rebelde, en una revista que, al estar dedicada al rock, fomentaba precisamente ese rasgo. En un país habituado convertir a criminales en iconos pop, de Bonnie y Clyde al mafioso White Bugler en la misma ciudad de Boston, la imagen se recibió con múltiples llamadas a boicotear Rolling Stone. El alcalde de Boston, Thomas Menino, escribió una protesta en la que afirmaba: “Está, en el mejor de los casos, mal planteado y reafirma el terrible mensaje de que la destrucción proporciona fama a los asesinos y sus causas”. Los defensores de la revista adujeron que la misma foto de Tsarnaev había ocupado la portada de The New York Times sin generar ninguna queja. Dos años después, el joven fue declarado culpable y condenado a muerte, aunque la sentencia fue revocada en 2020 por cadena perpetua.

Je suis Charlie
La portada: El semanario satírico francés Charlie Hebdo, fundado en los setenta, empezó en 2006 a publicar una serie de caricaturas sobre Mahoma y el Islam, las cuales irritaban a creyentes de esta religión, que defienden que Dios no debe ser representado por la mano humana.
La polémica: Desgraciadamente, fue mucho más que una polémica. En 2011, unos terroristas incendiaron la redacción de la revista con un cóctel molotov, justo después de la publicación de un número llamado Sharia Hebdo. El 7 de enero de 2015, dos terroristas entraron en la sede de la revista y abrieron fuego contra sus trabajadores. Mataron a 12 de ellos. La conmoción en el mundo provocó una avalancha de solidaridad expresada con el hashtag je suis Charlie (yo soy Charlie). El siguiente número, una semana después, llevaba en la portada la caricatura de Mahoma con un cartel de Je suis Charlie y bajo un titular que rezaba: “Todo está perdonado”. El número vendió casi ocho millones de copias, frente a los habituales 60.000.