La UE insta a Polonia a continuar sus reformas democráticas pese a la victoria del ultra Nawrocki

La victoria del candidato ultra Karol Nawrocki en las elecciones presidenciales de Polonia ha sacudido a una UE que a finales de 2023, tras la llegada al Gobierno en Varsovia del conservador Donald Tusk, quiso ver un regreso a la senda proeuropea de un país clave en la construcción comunitaria. Aquella victoria de Tusk se había producido tras años de tensiones entre Bruselas y Polonia con el Gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), la formación que ahora ha respaldado a Nawrocki.

La cautela y hasta advertencias veladas con las que han saludado las instituciones europeas la noticia de que finalmente Nawrocki asumirá de nuevo la jefatura de Estado polaca —frente al regocijo de las fuerzas más ultras del continente— son síntoma del shock con el que ha sido recibido el resultado electoral. Este no solo complica el regreso pleno de Polonia a las políticas europeístas, sino que viene a confirmar la apuesta de cada vez más ciudadanos por propuestas antieuropeas e iliberales en toda Europa.

“Confío en que la UE continuará su muy buena cooperación con Polonia”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al felicitar a Nawrocki a través de las redes sociales. Un mensaje sobrio y con advertencia implícita a los compromisos adquiridos por Varsovia: Von der Leyen ha aprovechado para recordar al presidente electo —que ha basado su campaña en clamar contra Bruselas— que se está mejor dentro de la UE que fuera. “Todos somos más fuertes, juntos, en nuestra comunidad de paz, democracia y valores”, ha señalado la alemana. “Así que trabajemos para garantizar la seguridad y prosperidad de nuestra casa común”.

En el mismo sentido se ha expresado la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola: “Sigamos haciendo del proyecto europeo un éxito para todos”, ha abogado la maltesa, quien al igual que Von der Leyen es del Partido Popular Europeo (PPE), donde milita también Tusk. El PPE, que había apoyado públicamente al rival derrotado, Rafal Trzaskowski, al que calificó como el candidato “de la democracia, el Estado de derecho y de Europa”, no se ha pronunciado sobre la victoria de Nawrocki.

Hace poco más de un año, el Ejecutivo europeo de Von der Leyen decidió dar un paso tan arriesgado como demostrativo de la gran esperanza que veía en la victoria del conservador y profundamente proeuropeo Tusk en las elecciones de 2023: en mayo de 2024, la UE inició el procedimiento para cerrar el expediente sancionador, a través del artículo 7 del Tratado de Lisboa, que le había abierto siete años antes a Polonia por sus ataques a la independencia judicial y otras agresiones al Estado de derecho. Un proceso —que sigue abierto en el caso de Hungría— que podría haber acabado en el castigo máximo en la UE: la retirada del derecho a voto al Gobierno polaco. Unas semanas antes, la coalición de gobierno de Tusk había presentado un plan de reformas para, entre otras cosas, devolver la independencia a jueces y magistrados que le había arrebatado PiS durante sus ocho años al frente del Ejecutivo polaco.

No pocos observadores consideraron que el cierre del expediente era un paso un tanto precipitado, en vista sobre todo de que en Polonia el presidente tiene un poder de veto sobre la legislación que el todavía jefe de Estado, Andrzej Duda (PiS), no ha dudado en emplear para bloquear la agenda reformista de Tusk. Su sucesor ha prometido mantener esas trabas.

Bruselas es más que consciente de esa amenaza. Pero, cautelosa, apuesta por ahora solo por manifestar su disposición a cooperar con Varsovia bajo la premisa de “esperar y ver” qué hace Nawrocki una vez asuma la presidencia en agosto.

“Confiamos en que las reformas comenzadas por el Gobierno polaco continuarán”, ha insistido la portavoz jefa de la Comisión, Paula Pinho. “La UE es una unión de valores, derechos fundamentales, democracia y Estado de derecho. Esta es la piedra angular de nuestra sociedad y nuestra identidad común. Apoyamos al Gobierno polaco en sus esfuerzos en materia de Estado de derecho y seguiremos supervisando”, ha agregado el portavoz de Interior y Estado de derecho del Ejecutivo europeo, Markus Lammert. Por el momento, sin embargo, Bruselas no revela cuál es ese seguimiento que realiza ni el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos hace solo un año por Varsovia.

Buena parte de los dirigentes europeos también han arrastrado los pies a la hora de saludar los resultados electorales en la sexta economía de la UE y el quinto país más poblado del bloque. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, aprovechó su mensaje de felicitación a Nawrocki, que representa a un sector ultranacionalista y profundamente antialemán, para recordar lo que une a Alemania y Polonia, que bajo la batuta de Tusk han acercado posiciones y trabajado en alianzas como el triángulo de Weimar junto con París.

“Una Europa fuerte necesita una buena cooperación germano-polaca, especialmente en estos momentos”, ha subrayado Steinmeier en una carta a Nawrocki. El presidente francés, Emmanuel Macron, también ha instado al futuro presidente polaco a reforzar los lazos entre París y Varsovia, y a “continuar construyendo una Europa fuerte, independiente, competitiva y respetuosa con el Estado de derecho”.

Alegría ultra

Frente a la prudencia de las instituciones comunitarias, las fuerzas más ultras de Europa han celebrado la llegada al poder de uno de los suyos como una nueva llamada de atención a Bruselas.

“Frente a una Comisión Europea cuyas políticas autoritarias y objetivos federalistas están maltratando la soberanía nacional, la victoria de Karol Nawrocki en Polonia es una buena noticia”, ha celebrado la líder de extrema derecha sa, Marine Le Pen, en X. “Se trata de un rechazo a la oligarquía bruselense, que pretende imponer una uniformización de las legislaciones en los Estados , sin ninguna voluntad democrática”, ha agregado la aspirante a la presidencia sa en 2027, camino por ahora frenado por su inhabilitación tras ser declarada, en marzo, culpable de malversación. “El pueblo polaco ha hablado y su elección libre y democrática debe ser respetada, también por los dirigentes de Bruselas que deseaban ardientemente su derrota”, ha insistido el delfín de Le Pen, Jordan Bardella, presidente del Reagrupamiento Nacional y que lidera en Bruselas el grupo parlamentario ultra de Patriots, donde está Vox.

Precisamente el presidente de la formación ultra española, Santiago Abascal, también ha felicitado a Nawrocki por derrotar al “candidato de Von der Leyen, de [el presidente español, Pedro] Sánchez y de [el líder del PP, Alberto Núñez] Feijóo”. “Polonia defiende su soberanía y su libertad. Una nueva derrota para la coalición de populares y socialistas”.

“Fantástica”, ha calificado por su parte la victoria de Nawrocki el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. “Esperamos fortalecer la cooperación de Visegrado [el grupo formado por Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría”, ha agregado el líder ultranacionalista. “Una victoria para los patriotas europeos”, ha publicado Peter Szijjártó, el ministro de Exteriores húngaro, en Facebook.

Otra líder ultra en el poder, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, le ha enviado a Nawrocki sus “mejores deseos” y ha remarcado que Italia y Polonia comparten “valores comunes y sólidas relaciones de colaboración, así como de amistad histórica”. Meloni estuvo hasta finales del año pasado al frente del Grupo Conservadores y Reformistas (ECR) en el Parlamento Europeo, donde también se integra PiS. “Nawrocki se aseguró la confianza de millones de personas que eligieron la convicción frente a la conformidad, la historia frente al olvido y la soberanía frente a la sumisión. Su victoria no es solo una decisión polaca: es un mensaje europeo”, ha dicho la formación ultra europea en un comunicado.

Matteo Salvini, el líder de la Liga y vice primer ministro italiano, ha tuiteado: “Felicitaciones a Karol Nawrocki, elegido por el voto libre y democrático de los ciudadanos polacos, para disgusto de los burócratas de Bruselas y de todos esos medios que desde hace días lo califican de ‘extremista”. De similar manera, el ultranacionalista George Simion, derrotado hace dos semanas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Rumania, ha calificado el resultado en Polonia como “la victoria de un pueblo digno y valiente, de un gran país que no se arrodilló ante el embate de la locura izquierdista, pero también la victoria de una Europa renacida, de la libertad y la normalidad”.

El resultado en las presidenciales polacas también puede suponer un impulso para Andrej Babis, ex primer ministro checo y líder del partido que encabeza los sondeos para las parlamentarias de octubre. “Le deseo mucha fuerza y ​​éxito. La amistad entre Polonia y la República Checa sigue siendo fuerte, al igual que nuestro compromiso compartido con una Europa central fuerte y segura”, ha subrayado el político euroescéptico al dar la enhorabuena a Nawrocki.