Chenoa: “Pensaba que con 50 iba a estar sin trabajo, pero estoy en mi mejor momento”
Con 26 años se convirtió en princesa del pop. Ahora, se corona como reina de la tele. Presenta el exitoso concurso ‘The Floor’; ejerce de jurado de ‘Tu cara me suena’ y prepara la vuelta de ‘Operación Triunfo’. “Se puede hacer una televisión blanca y puede ir bien”, afirma la artista


Chenoa (Mar del Plata, Argentina, 49 años) tenía 26 años la primera vez que apareció en la pantalla de La 1 de Televisión Española. Un día de octubre de 2001, casi tres millones de españoles la vieron y escucharon cantar en el estreno de la primera edición de Operación Triunfo. María Laura Corradini Falomir (ese es su verdadero nombre) ya llevaba una década actuando en hoteles y casinos, pero el fenómeno OT, con una final seguida por casi 13 millones de espectadores, la elevó a princesa de la canción pop.
Ahora, a punto de cumplir 50, ya no es princesa. Ahora es reina, reina de la televisión. La noche de los miércoles presenta el concurso The Floor (La 1), líder en su franja de emisión con más de un millón de espectadores; los viernes ejerce de jurado de Tu cara me suena (Antena 3), formato que lleva 12 temporadas en pantalla y que se ha establecido en torno al 20% de audiencia; y ya se está preparando para presentar la decimotercera edición de OT, que se estrenará en el mes de septiembre en la plataforma Prime Video.
“La decisión de ponerme a cantar fue hace 23 años, la de ponerme a trabajar de presentadora fue hace 10. Todo tiene un sentido. No me resulta extraño estar presentando. No tengo vértigo. Lo conseguí. Esto es un éxito personal”, afirma a EL PAÍS esta auténtica mujer-orquesta que, además de sus múltiples trabajos en la tele, está ensayando con su banda para girar por los festivales de verano de media España.
Pregunta. Le va muy bien con The Floor, pero la competencia es muy dura.
Respuesta. Es una competencia muy dura y muy masculina. Ojo, adoro a Jesús [Vázquez, presentador de La noche de los récords en Telecinco] y a Juanra [Bonet, presentador de Traitors en Antena 3].
Cuando sabes que el trabajo está bien hecho y el equipo es una maravilla, no hay estrés. Estoy tranquila
P. ¿Le estresa tener que competir?
R. No. Cuando sabes que el trabajo está bien hecho y el equipo es una maravilla, no hay estrés. Estoy tranquila.
P. Pero hay mucha presión por las audiencias.
R. Muchísima presión.
P. De repente, ahora todo el mundo escruta las audiencias que hacen los programas de TVE.
R. Ya… Pero competir está bien. La ambición y la competición, bien gestionadas, no son malas.
P. Decía que la competencia de The Floor es muy masculina. Es verdad que es casi como una novedad ver a una mujer al mando de un programa en el prime time.
R. No hay ni una sola mujer presentando en el prime. Mira La revuelta, El hormiguero, El intermedio… son todos hombres. Son todos hombres, peleándose, y aparezco yo diciendo: “Hola, corazón”.
P. Le gana a los hombres, pero con cariño.
R. Como hacemos las mujeres todo, con mucho cariño… y con mucha ironía.
P. ¿Cómo ha visto la guerra entre David Broncano y Pablo Motos?
R. No la entendí muy bien. Se hizo una bola con algo creado más por el público o los medios que por ellos mismos. Pero tampoco duró tanto esa guerra, ¿no?

P. Ahora hay muchas críticas a La familia de la tele, el nuevo programa de la tarde de TVE. ¿Qué le parece?
R. Esa guerra no la tengo tan masticada. No he podido ver mucho el formato. Creo que están tomándole el pulso. Los programas que empiezan siempre necesitan tiempo para asentarse o para irse.
P. Hay gente que dice que la prensa rosa no es servicio público.
R. Para mí, servicio público es que estén las calles más limpitas y esas cosas.
P. ¿La prensa rosa le ha dado un respiro?
R. No me fío ni un pelo.
P. Antes de esta entrevista, su representante me dijo: “Cuídala, que le están entrando ganas de no dar más entrevistas”.
R. Doy muchísimas menos por los titulares, por los clickbaits. Dar una entrevista me conlleva dar gratis material de promoción a un medio de comunicación y luego yo me tengo que tragar una semana diciendo: “Yo no he dicho eso”.
P. Va a cumplir 50 años. ¿Dónde se imaginaba con esa edad?
R. Cuando era niña, a los 50 me imaginaba con un señor rubio, dos hijos, un golden retriever y una casa. No tardé mucho en cambiar de opinión [risas]. Empecé a ejercer de educadora infantil y cuando empecé a cuidar bebés sin descanso me di cuenta de que no quería eso para mí. Hay que tenerlo claro y yo no lo tenía. Además, en mi mundo es muy complicado criar hijos, conciliar… Ya bastante me cuesta criar a mi perra adoptada, Chloe, que es un amor.
P. ¿Quiénes han sido sus referentes en televisión?
R. Mis referentes son más radiales que televisivos. Como soy cantante, me fijo más en las voces que en la imagen. Mis influencias han sido Àngels Barceló, Julia Otero, Gemma Nierga… mujeres que triunfan en la radio, con voces muy especiales. No sé si te has fijado, pero en la radio las mujeres mandan más que en la tele.
P. Es que la tele sigue rigiéndose por códigos un poco machistas.
R. En la tele sigue habiendo mucho edadismo.
P. ¿Usted lo ha sufrido?
R. Sí, cuando me preguntaste dónde me imaginaba con 50 años, me quedé pensando. Claro, yo pensaba que con 50 años iba a estar sin trabajo y resulta que estoy en mi mejor momento. Es una locura para mí.
P. Tu cara me suena lleva 12 temporadas siendo un éxito. ¿Cuál es el secreto?
R. No baja del 20% de share. El público sabe que va a ver algo con lo que se va a reír en algún momento y sabe que nada le va a incomodar. Es algo seguro. Luego, hay un coro de perfiles tan grande que cualquier en su casa puede sentirse identificado con alguien del jurado o con algún concursante. Son dos ingredientes para una muy buena receta.
P. La “tele blanca” se daba por muerta, pero está muy viva.
R. Se puede hacer una tele blanca y puede ir bien.
P. En septiembre vuelve a presentar Operación Triunfo. ¿Qué nos puede contar sobre esta nueva edición?
Cuando terminé de presentar OT, tenía el cortisol en Marte. No terminé de pasarlo bien porque estaba muy pendiente de muchísimas cosas
R. Solo te puedo decir que lo voy a presentar. Ahora estoy en clase, visualizando todas las galas de la temporada anterior. Con libreta en mano, tomando nota.
P. ¿Por qué?
R. Porque quiero hacerlo mejor.
P. ¿Es muy cañera consigo misma?
R. Cuando terminé de presentar OT, tenía el cortisol en Marte. No terminé de pasarlo bien porque estaba muy pendiente de muchísimas cosas.
P. ¿Sufre el síndrome de la impostora?
R. Siempre. Cuanta más potencia tenemos, más inseguros nos sentimos.

P. No debería ser tan dura.
R. Bueno, si no lo soy, ¿qué hacemos? Hay que pelar duro.
P. ¿Cómo ve a la juventud de hoy?
R. La veo bien, no sé por qué la ponen tan mal o tan débil. Yo los veo envalentonados.
P. Ahora les cuesta mucho encontrar trabajo, pagar un alquiler. ¿En su época pasaba igual?
R. Los 2000 no fueron precisamente la mejor época para los jóvenes. Yo empecé a trabajar con 16 años y ahorraba y ahorraba como podía. Era pluriempleada. Trabajaba por la mañana en una guardería y por la noche cantaba en hoteles y casinos. Así durante seis años, sin vacaciones. Hasta que entré en Operación Triunfo. No tuve viaje de universidad, no tuve fiestas, no fui a conciertos porque yo los hacía.
P. ¿Se arrepiente del tiempo perdido?
R. Nunca. No hay que arrepentirse de lo que te toca vivir. Si te arrepientes de las cosas, todo se convierte en un trauma.
P. ¿No ha sentido la necesidad de recuperar ese tiempo?
R. No. Nunca me ha dado por ahí. Además, ya soy mayor.
P. Yo la veo muy joven.
R. Gracias, pero la madurez está bien. La madurez tiene sitio. Mírame a mí.
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