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Perú reduce el área protegida de las líneas de Nazca pese a la presencia de minas informales

El grupo de geoglifos contará con menor protección, pese a la oposición del gremio de arqueólogos, que presentará recurso ante el Ministerio de Cultura

Líneas de Nazca en Perú
Renzo Gómez Vega

Desde lo alto de las provincias de Nazca y Palpa, en la región Ica, puede observarse uno de los territorios arqueológicos más enigmáticos del mundo: las líneas de Nazca. Animales gigantescos —un colibrí, un loro, una gaviota, dos llamas, entre otras figuras geométricas y humanas— trazados sobre unas pampas que fueron declarados por la Unesco como Patrimonio Histórico y Cultural en 1994. Ochocientos geoglifos de hasta 270 metros de longitud, con más de 2.000 años de antigüedad, que configuran uno de los grandes misterios de la humanidad. Una de las teorías más difundidas es que este conjunto de figuras habría sido utilizada por los antiguos peruanos como un calendario solar y lunar.

Pese a su valor histórico, el Ministerio de Cultura redujo el plano perimétrico del área protegida intangible en un 42%, pasando de 5.600 kilómetros cuadrados a 3.200 . Fabricio Valencia, el titular del sector, explicó que la disminución permitirá una “optimización de la gestión del lugar”, que se basa en estudios de más de 20 años, respaldados por la Universidad de Yamagata, y que no afecta el área inscrita como patrimonio mundial. “Estamos sincerando la información y se determinó que son aproximadamente 3.200 kilómetros cuadrados los que corresponden a la reserva arqueológica”, dijo.

Pieter van Dalen Luna, decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, asegura que esta información no es real, debido a que el estudio no ha contemplado lo necesario al haberse realizado en solo una parte del territorio arqueológico por temas presupuestales. El gremio sostiene que la justificación del Ministerio de Cultura de optimizar la gestión del sitio no será posible mientras las líneas de Nazca sigan a cargo de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica. Lo óptimo, indican, sería la creación de una unidad ejecutora para generar políticas de protección, gestión y recuperación del sitio arqueológico con fines culturales, históricos y artísticos. Además, esta reducción ha dejado fuera áreas “expuestas a la vulnerabilidad y la destrucción por varios factores como la minería ilegal y la expansión agrícola”, explican.

Si bien el Ministerio de Cultura insiste en que la protección será la misma pese a la reducción, aceptó la existencia de yacimientos mineros en la zona y que no cuenta con información exacta del tipo de mineral que se extrae en los campamentos. Ante ello, el Colegio de Arqueólogos del Perú ha emitido una alerta: la decisión podría sentar un precedente dañino para otros patrimonios como Caral o Machu Picchu, por lo que han solicitado reuniones con la Comisión de Cultura del Congreso de la República y con la presidenta Dina Boluarte para pedir la destitución del ministro Valencia. Van Dalen Luna adelantó a EL PAÍS que presentará un recurso de nulidad ante el Ministerio de Cultura para revertir la medida. “Estamos haciendo el balance y la evaluación con asesoría legal. Pero pronto habrá noticias”, manifestó escuetamente.

El sociólogo Santiago Alfaro remarca que la reducción supone la renuncia a la protección del patrimonio de parte del Ministerio de Cultura. “El área reservada de las líneas de Nazca no solo tiene como objetivo amortiguar la influencia de actividades económicas sino proteger un espacio que aún no está plenamente investigado”, señala. El ojo público apunta hacia Fabricio Valencia, titular del sector desde septiembre del 2024. Como se recuerda, este abogado especialista en patrimonio cultural y museología es recordado por defender a Juan José Santiváñez, exministro del Interior censurado por el Congreso debido a su incapacidad para controlar la ola delictiva en todo el país. En estos días será citado a la Comisión de Fiscalización.

Esta no es la primera alerta en Nazca sobre minería informal. En 2020, la Dirección Regional de Energía y Minas y el Departamento de Medioambiente de la Policía Nacional hallaron un campamento minero ilegal dentro de el área arqueológica de las líneas de Nazca, en la zona La Muña. En el lugar, se encontraron cuatro bocaminas activas, generadores eléctricos, compresoras de aire y herramientas utilizadas para la extracción de recursos mineros.

De igual forma, en Caral, otro sitio arqueológico del Perú considerado como la civilización más antigua de América, se ha visto afectado. La arqueóloga Ruth Shady ha denunciado en múltiples ocasiones haber sido amenazada por traficantes de tierras. Sus reclamos de atención y seguridad, lamentablemente han caído en saco roto. Tras miles de años de preservación, queda en manos del Ministerio de Cultura asegurar el futuro de las Líneas de Nazca.

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Sobre la firma

Renzo Gómez Vega
Periodista y escritor. Ha escrito en los medios peruanos 'El Comercio', 'La República', el semanario 'Hildebrandt en sus Trece' y 'Salud con Lupa'. Fundador de la revista digital 'Sudor'.
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