De ‘Yo quiero bailar’ a ‘La La Land’: cómo ‘Mariliendre’ construye su universo pop, ‘queer’ y brillante a través de la música
La nueva producción de ‘los Javis’ es una comedia dramática plagada de números musicales que dan una vuelta de tuerca a himnos de principios de los 2000 como ‘Toma vitamina’ o ‘Cuando tú vas’

Los primeros siete minutos de Mariliendre sientan la base de lo que vendrá en sus seis episodios de media hora. Meri Román, quien una década atrás fuera reina de la noche gay madrileña, siempre rodeada de su fiel grupo de amigos LGTBIQ+, ahora llora la muerte de su padre. Está en el tanatorio y no tiene a ningún amigo a su lado. El mundo a su alrededor se ralentiza poco a poco hasta que se acelera al recordar sus noches de discoteca 10 años antes. Los personajes interpretan, una detrás de otra, las partes más conocidas de las canciones Que el ritmo no pare, Amén, Te quiero más y Yo quiero bailar saltando del luctuoso presente al despreocupado y alocado pasado. Los temas cambian de tono, ritmo y energía para acompañar esta presentación de personajes y del estado de ánimo de Meri.
Los seis capítulos de la serie que Atresplayer estrena este domingo 27 de abril hacen un repaso por algunos de los grandes éxitos del pop español de los 2000 mientras la protagonista se adentra en un proceso de autoexploración a raíz del descubrimiento de un dato que no conocía sobre su padre. Al tiempo, busca reconectar con sus propios amigos, aquellos que hace años le dieron la espalda.

Pese a la escasa tradición de comedias musicales en la televisión española, Mariliendre (según la RAE, “mujer que frecuenta la amistad de hombres homosexuales”) optó por contar esta historia con un musical. La idea apareció en la primera reunión que Javier Ferreiro, creador de la serie, tuvo con Javier Calvo y Javier Ambrossi, los Javis, productores de esta historia. “Estábamos hablando del universo pop y la música y ellos dijeron, ‘¿y si hacemos esto con números musicales?‘. Al principio me pilló por sorpresa, pero al instante me gustó mucho”, recuerda Ferreiro en una entrevista por videollamada. Con esa idea en mente, Ferreiro y las guionistas Paloma Rando y Carmen Aumedes empezaron a pensar cómo engarzar trama y canciones. “Veíamos que determinados momentos nos pedían números musicales. Al mismo tiempo, había algunas canciones que, por su letra, encajaban muy bien en diferentes conflictos”, continúa el creador.
El universo sonoro de Mariliendre se alimenta de infinidad de referentes. Musicales como Chicago, Mamma Mía, West Side Story o La La Land son algunos de los más evidentes, pero también hay mucho rock, jazz, electrónica e incluso los sonidos de la Semana Santa o los vídeos virales de Tik Tok. Todo ese repertorio de referencias entró gracias al trabajo, a lo largo de más de un año, de Pablo Lluch y Vic Mirallas, directores musicales de la serie. “En el guion ya estaban marcadas las canciones que se querían hacer, pero no cómo se querían hacer. Parte de nuestro proceso fue ver el guion y ofrecer propuestas para cada número. La idea era hacer de cada canción algo completamente diferente, que cogiese la canción original, la hiciese más cercana a la historia y, a la vez, que fuera algo musicalmente muy loco”, explica Pablo Lluch por videollamada. “Los dos estamos muy vinculados a la cultura pop actual y hemos estudiado y nos hemos nutrido de muchos estilos diferentes, y esa mezcla difícil de encontrar es algo que aporta mucho”, resalta Vic Mirallas.

Lluch y Mirallas, que ya coincidieron como profesores de Operación Triunfo 2023, se resisten a entrar en detalles sobre los números musicales para no arruinar la experiencia a nadie. Pero sí se puede adelantar que algunos temas como Ella, de Bebe, Toma vitamina, de La Fiesta, Dime, de Beth, o En tu cruz me clavaste, de Chenoa, adquieren nuevas dimensiones con las versiones que proponen. “Es una marca muy de las producciones de los Javis, esta onda macarra y esa desfachatez. Es lo que hemos hecho nosotros a nivel musical, perder el miedo y no ser muy conservadores”, dice Mirallas.
Ante la falta de referentes, los dos directores musicales tuvieron que hacer camino al andar en un proceso que requería de trabajo musical previo, ensayos con los actores, grabar el audio, montar el número con la coreógrafa Belén Martí, ajustar voces y labios en los actores que no cantaban en directo, ocultar micrófonos para grabar la voz de quienes sí cantaban ante la cámara y, en ocasiones, volver a grabar la voz para pulir detalles. Un proceso artesanal y con muchas horas de trabajo. “Te dabas cuenta cuándo el equipo disfrutaba rodando algo, la gente de repente tarareaba las canciones, se aprendía los pasos… Nos servía para testar ya en rodaje lo que funcionaba y lo que no”, dice Ferreiro sobre la puesta en escena de los números musicales.

Para este reto, Mariliendre cuenta con un reparto de lo más variopinto, que incluye actores que no habían cantado antes y cantantes que no habían interpretado. E incluso una protagonista cuya voz al cantar es la de otra persona. “Fue un casting muy grande y muy intenso, porque vimos a muchas personas para cada personaje”, recuerda Ferreiro. En él, probaron las capacidades interpretativas, vocales y de baile de cada participante, pero los elegidos aparecieron por razones muy diversas. Un ejemplo: aunque Omar Ayuso no destacó por su voz, sí lo hizo por cómo encajó con el espíritu del personaje.
El caso más llamativo fue el de Blanca Martínez, Meri Román en la serie. “La había visto en la serie de Netflix Todas las veces que nos enamoramos y me había encantado. Tiene muchas similitudes con una de mis mariliendres que inspiran la serie, no solo en el físico, también en el humor. La llamamos, pero no cantaba. Pero nos dimos cuenta de que era más importante todo lo que encarnaba, había entendido perfectamente el personaje, tenía su humor, sabe bailar muy bien… Fue una decisión arriesgada, pero sopesamos qué pasaría si le pusiéramos una voz diferente, buscar una cantante que encajara con la de Blanca”. La elegida fue Bea Fernández, una de las participantes de Operación Triunfo 2023. Para que no se notara el ajuste, Blanca Martínez trabajó exhaustivamente con una entrenadora vocal para reflejar en su rostro y en su interpretación las inflexiones de la voz de Bea Fernández, y al mismo tiempo la cantante se impregnaba de las emociones de la actriz en sus interpretaciones. “Mucha gente aún ve la serie y se sorprende cuando le dices que no es la voz de Blanca”, dice Ferreiro sobre este trabajo.

Otros casos fueron más sencillos. Nina luce su voz mientras interpreta a la madre de la protagonista. Mariano Peña no destaca por sus cualidades vocales (aunque ya tenía experiencia en musicales) pero aprovecha su carisma para dar vida al padre. Carlos González, otro de los amigos de Meri, era el actor que más claro tenía Ferreiro porque reunía todas las cualidades. Yenesi también encajaba a la perfección con el humor del personaje. Y Martin Urrutia, que también despuntó en OT 2023, debuta como actor y fue quien más disfrutó con las canciones.

Para los directores musicales, este reparto con cualidades tan diversas fue otro reto más. “Lo trabajamos desde el juego. Les decíamos que vinieran al estudio a volverse locos, improvisar, cantar, dejarse llevar”, dice Pablo Lluch. “Está la inseguridad de la gente que no es cantante, que dicen que no cantan muy bien, pero lo importante era ese actor cantando más allá de que cante bien o no. La imperfección da mucho juego también”, añade Mirallas. “Yo he aprendido en este proceso a buscar la imperfección. A veces, lo que estaba medio imperfecto pero tenía mucha alma era lo que mejor funcionaba. Esto no es una canción que vas a dejar en Spotify, es una escena que tienes que vender como actor”, completa Lluch.
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