Llega Eurovisión 2025: nueva política de banderas que perjudica a las LGTBI+, acusado de ‘woke’ y satánico por la ultraderecha y con Israel entre las favoritas
Melody ya ensaya ‘Esa diva’ en Basilea y vuelve a avanzar varias posiciones en las apuestas tras pisar el escenario suizo

Eurovisión 2025 se celebra esta semana en Basilea (Suiza) heredando algunas de las polémicas de la intensa y controvertida edición anterior. Una de ellas ha forzado un cambio en su política de banderas. El año pasado, este periódico presenció cómo los cuerpos de seguridad confiscaban enseñas de Palestina y de la Unión Europea a los asistentes al recinto de Malmö (Suecia) durante las semifinales y final del certamen. El hecho desató las críticas de la propia Comisión Europea desde Bruselas ante el desprecio de su propio emblema.
La Unión Europea de Radiodifusión (UER) se escudaba en su reglamento oficial, que en teoría solo permite lucir los colores de los países participantes en cada edición, pero ese escrutinio no había sido tan estricto, sin ir más lejos, en Liverpool, en Eurovisión 2023. Este año, las prohibiciones solo afectan a los artistas.

El público podrá lucir toda bandera que se considere legal en territorio suizo, incluida la de Palestina. Pero los participantes de Eurovisión no podrán mostrarla ni en el escenario del St. Jakobshalle de Basilea ni en la green room, la sala en la que esperan las votaciones tras su actuación y que aparece en pantalla durante la retransmisión ante una audiencia estimada de 170 millones de personas.
Los aspirantes tampoco podrán lucir ninguna bandera LGTBIQ+. Esta decisión ha chirriado entre asociaciones que defienden los derechos del colectivo. El festival, considerado en las últimas décadas desfasado en cuestiones musicales y estéticas, ha mantenido su interés mediático en estos últimos tiempos gracias a hacer del apoyo a la diversidad uno de sus lemas en una sociedad internacional cada vez más polarizada.

En ese mismo contexto se engloba la máxima controversia a la que se enfrenta Eurovisión de nuevo este año: que la UER permita participar a Israel a pesar de haber expulsado en 2022 a Rusia por sus ataques a Ucrania. En estos últimos 12 meses, el malestar internacional por la campaña militar israelí en Gaza ha seguido aumentando, entre otras cosas, por el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, quien propone la expulsión masiva de los gazatíes.
La campaña militar israelí en Gaza deja ya más de 50.000 palestinos muertos, según datos de las autoridades sanitarias locales. Cuatro países participantes, España, Eslovenia, Islandia e Irlanda (país que este viernes celebró manifestaciones pidiendo el boicot eurovisivo), han solicitado en las últimas semanas a la UER que se debata la participación de Israel en el certamen. El director de Eurovisión, Martin Green, ha defendido recientemente ante los medios que el concurso “podría promover una conexión a pesar de la agitación política y ser un espacio momentáneo de alegría y escapismo”. Pero, tras las intensas y multitudinarias manifestaciones celebradas el año pasado en el centro de Malmö, la organización ha reforzado este año la seguridad, con 1.300 policías de servicio y especialistas militares y de ciberseguridad.
De todos modos, en esta edición, la número 69 del concurso musical, sí participará la candidata del país, Yuval Raphael, que se ha presentado ante los medios como una superviviente del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, con la canción New Day Will Rise (Un nuevo día amanecerá). A pesar de que Eurovisión prohíbe incluir mensajes políticos en sus canciones, su tema incluye frases metafóricas sobre el conflicto: “Amanecerá un nuevo día, continuará la vida. La oscuridad se desvanecerá, todo el dolor pasará, pero nosotros nos quedaremos”. La letra ya ha superado el filtro y la canción se encuentra entre las cuatro favoritas a vencer este año, según las apuestas oficiales, solo por detrás de Suecia, Austria y Francia. La UER sí ha pedido cambios a otros países por motivos no políticos. Ha ocurrido con Malta, por el doble sentido sexual en inglés de su título Kant, y en la de Finlandia, por considerarla “demasiado sexual”. De nuevo, una decisión que ha despertado las críticas contra los responsables del festival, acusados de mantener un doble rasero con Israel.
Evento ‘woke’ y satánico para la ultraderecha suiza
Los ciudadanos de Basilea, situada en un país considerado neutral y que tiene el referéndum como uno de sus deportes nacionales, han frenado otro embate de la ultraderecha, cada vez más interesada en lo que ocurre en Eurovisión y, entre otras cosas, en apoyar a Israel en el televoto. La Unión Democrática Federal (UDF), partido suizo de ideología ultraconservadora y autoproclamado defensor de los valores cristianos, intentó sin éxito este otoño boicotear el festival, al que acusa de promover una agenda woke, los valores satánicos y el antisemitismo. Así lo explicaba a la agencia Reuters Samuel Kullmann, diputado del Parlamento cantonal por este partido, cuando solicitó bloquear el crédito de casi 40 millones de euros del presupuesto suizo destinado a financiar la organización de este evento musical.
La UDF solo obtuvo un 1% de votos en las últimas elecciones federales del país, pero logró las 4.000 firmas necesarias para celebrar el referéndum que debatiera el uso de ese dinero. En noviembre, un 66,5 % de los votantes de la ciudad aprobaron el crédito que, de haber sido eliminado, habría obligado a celebrar una versión mucho más reducida del festival. Los ciudadanos apoyaron así los argumentos de las autoridades cantonales, que defienden que el festival podría generar ingresos de hasta 64 millones de euros, además de crear puestos de trabajo y promocionar la ciudad ante una audiencia millonaria.
💪🏼 SIRVIÓ PODERÍO 👌🏼
— Eurovisión España - RTVE 🇪🇸 (@eurovision_tve) May 10, 2025
✨ SIRVIÓ BRILLOS ✨
🎤 SIRVIÓ VOCALS 💥
El huracán Melody ha llegado a Basilea 🇨🇭
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Entre tantas tensiones, Melody, la ganadora del Benidorm Fest y por tanto representante española con el tema Esa diva, ya ha viajado a Basilea y ha comenzado a ensayar en el escenario del St Jakobshalle. Desde que comenzara a promocionar el tema a nivel internacional, participando en europarties en Londres y Ámsterdam y atendiendo a la prensa extranjera, la cantante ha ido mejorando su mala posición en las encuestas oficiales. Del puesto 30 inicial, saltó la semana pasada al 19, tras los cambios que se aplicaron a la producción de la canción.

Al mostrarse este fin de semana en redes sociales un extracto de su ensayo en Basilea, ha vuelto a escalar dos posiciones en las últimas horas, llegando al 17. La solvencia vocal y presencia escénica de Melody puede ayudar a que siga subiendo posiciones antes de la final. La cantante contaba la semana pasada a este periódico que mostrará su propuesta definitiva, sin reservarse nada para el sábado, en su actuación en directo de este martes 13 de mayo durante la primera semifinal del concurso. Cantará a modo de exhibición, ya que España compite directamente en la final por ser uno de los países que mayor aportación económica hace a la UER.
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